Repetida y reiteradamente utilizo este diario-blog para quejarme y gruñir de todo tipo de cosas y servicios. Pero hoy, y sin que sirva de precedente, quiero hacer justamente lo contrario: felicitar, halagar, y deshacerme en parabienes.

Desde el mismo momento de nuestra llegada al servicio de urgencias del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, pasando por todos los días (seis) que nuestra hija Nikita ha estado ingresada, y hasta el momento en que nos dieron el informe de alta y nos pudimos volver a casa, todo han sido facilidades, atención excelente y sobre todo, mucho cariño.

Se nota que se trata de un servicio especializado, y se nota que han trabajado mucho para conseguir no solo atender a los niños, sino también a los padres, que al fin y al cabo son parte del mismo problema cuando llegan al hospital.

Muchas, muchas, muchas gracias a todos los trabajadores del hospital, y en especial a todas las personas que trabajan en la Sala Santa Mónica. Mi hija y mi familia os están eternamente agradecidos, y nos sentimos más seguros sabiendo que estáis ahí.