Hacia finales de 2013 Iberia decidió empezar a ofrecer una tarifa «básica» que no incluye equipaje facturado para de esa forma poder competir con las aerolíneas «low cost». Esto supone un ahorro (supuesto) de 15€ con respecto a la tarifa «completa».
Pues bien, hace unas semanas mis padres compran billetes con Iberia para ir a Mallorca a ver a mi hermano y su familia (cumpleaños de su nieto) y deciden comprar la tarifa «completa» para de esa forma viajar más cómodos, pudiendo facturar maletas. Esto supone 15€ por persona y trayecto, 60€ en total.
Todo correcto a la ida. Pero a la vuelta, montados ya en el avión tras el típico retraso de 20 minutos, llega gente con su maleta «de equipaje de mano». Gente que ha pagado la tarifa básica y se ha ahorrado los 60€. En muchos casos estas «maletas de mano» superan con creces el tamaño y el peso permitidos. Pero nadie dice nada, ni en el embarque, ni en el avión.
Y las azafatas, al ver que no queda apenas hueco en los contenedores del avión para tanta «maleta de mano», deciden obligar a mis padres a sacar las ensaimadas que traen de regalo y ponerlas bajo el asiento con la incomodidad que ello supone. Dichas ensaimadas son el único equipaje de mano que llevan, habiendo facturado el resto gracias a los 60€ que han pagado de más respecto al resto de viajeros que ahora reclaman espacio para sus «maletas de mano» que no cumplen con la normativa.
Pese a las protestas de mis padres y las explicaciones sobre la tarifa que han pagado, las azafatas no ceden e imponen su criterio con malas formas y sin educación alguna. Mis padres vuelan durante una hora encajonados en sus asientos (no son de tamaño pequeño precisamente) y juran no volver a volar con Iberia.
Así que ya sabes, en Iberia si pagas más tienes menos.
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