En los 15 días que he pasado en Japón he visto todo tipo de cosas raras y extraordinarias, cosas sorprendentes, cosas originales… pero ha sido llegar de nuevo a la que ya considero mi ciudad de adopción en China (Guangzhou) y todo lo anterior ha quedado difuminado, en un segundo plano de menor importancia.

Y es que cada paso que doy hacia cualquier sitio, cada visita a un mercado, a un restaurante, cada viaje en un autobús, cada pequeño detalle de la vida diaria desde que me levanto hasta que me acuesto en esta sudorosa ciudad (es 7 de noviembre y estamos a 30 grados) es una nueva sorpresa, una anécdota a apuntar en ese cuaderno de notas que nunca me decido a empezar y con el que podría sin problemas escribir un buen libro 🙂

Esta noche salimos en tren hacia Changsha (provincia de Hunan), a visitar más familia y de paso un parque nacional de montaña que parece, a priori, algo digno de ver. Y poco más que decir, saludos a todos y nos vemos pronto.