Escribo desde Kanazawa, a un par de horas en tren de Kyoto. Todo marcha según plan, el tiempo está acompañando, y tras estos pocos días puedo decir que ya tengo una buena definición para Japón: el país del respeto.

Respeto en todo menos conduciendo: en eso por aquí parecen unos perfectos portugueses (o lo peor que se os ocurra).

Llevamos unos cientos de fotos y subiendo… Seguiremos informando 🙂