Recuerdo que en mi época de estudiante, especialmente durante las últimas etapas, muchos de los profesores optaban por los exámenes tipo test, y algunas veces se trataba de exámenes sorpresa, sin estudio previo, convirtiéndose la prueba en una auténtica lotería para muchos de los estudiantes. Bromeábamos al ver los resultados acerca de los «suertudos» que, tras marcar las respuestas «a boleo», aprobaban. Y de la mala suerte de los que no acertaban ni una, cosa que era incluso más difícil, claro 🙂

Pues bien, los inútiles (no encuentro una forma mejor de nombrarles) a los que el anterior gobierno del PP, y en concreto el señor Federico Trillo, encargaron de identificar los cuerpos del accidente del Yak-42, no solamente son inútiles, sino que además tienen mala suerte. Muy mala suerte. 🙁

Si yo entro en una sala con 30 personas a las que no conozco, y me dan 30 papeles con los nombres de esas personas, y trato de adivinar quién es quién «a boleo», desde luego que es muy difícil acertar más de la mitad (aprobar). Pero desde luego lo que también es bastante difícil es fallar TODOS y cada uno de ellos.

Lo dicho: inútiles con mala suerte. Y culpables de negligencia (incluyendo a sus responsables). Y sinvergüenzas, pues no se arrepienten en absoluto.