Siempre que viajo a alguna ciudad lejana, de una cultura distinta, lo suficientemente distinta como para que me pueda sentir incómodo o fuera de sitio, siempre me hago la misma pregunta: ¿podría yo vivir aquí? En el caso de Estambul, al segundo día ya lo tenía muy claro: SÍ, sin problema. Estambul es casi como...