Y soñaré que vuelvo al Alto Tajo, y pasaré de nuevo junto a la Peña Horadada, cruzaré el Puente de Pañalén, disfrutando de las preciosas aguas verdes de Las Juntas, donde el río Cabrillas se funde en un inacabable y emocionante abrazo al gran Tajo.
Siempre se ha dicho que los hombres lloran poco, o no lloran. Pero cada verano veo el monte quemarse, y lloro. Y cuando además los árboles son conocidos, antiguos compañeros de campamentos y buenos momentos, mi corazón siente mucho más que simple pena. Es rabia, impotencia, desconsuelo, desesperación. :»’-(
¡Por favor, que alguien haga algo!. Que quien corresponda tenga un poquito de sentido común y cierre los montes. Por lo menos sabremos que siguen ahí, y disfrutaremos cada recuerdo que nos queda en la memoria. Y cuando la lluvia venga, y el peligro se vaya, podremos volver a saludar a cada uno de esos seres que nos dan la vida, y que lo son todo desde mucho antes que nosotros.
4 comentarios
Raul dice:
26 Jul 2005
Que razon tienes amigo. Este caso y tantos otros nos estan matando los bosques y por lo tanto a nosotros poco a poco.
Esperemos que la sin razón llega a su fin.
Me a gustado tu articulo, lo colgare en mi blog.
Un saludo 😉
Marisa Perez dice:
2 Sep 2005
!Ole mi niño! Y que bien dice lo que siente cuando el quiere.
Suscribo todo lo que dices y algo más:
Espero que este Gobierno sea capaz de sacar el dinero necesario de dónde sea, que para otras cosas menos importantes hay, para que los montes se cuiden adecuadamente, se limpien y se trabaje en ellos todo el año para que no puedan pasar estas cosas que estan pasando.
Y otra cosa, que se busque la raiz del problema, que la habrá y se castigue al que incumpla las normas con la máxima dureza.
Si esto sigue así ¿que herencia les quedará a tus hijos? ¿Y a los hijos de tus hijos?
Cuesta Arriba » Que cierren los montes, yo cerrare los ojos dice:
20 Nov 2005
[…] Enlace al original Diario del Lobo Gruñón […]
ailyn dice:
28 Ago 2007
hola:
Parece que todos,que muy pronto tendremos que confornarnos solamente con recuedos, si es que las grandes empresas por su inmensa ambición y pequeño corazón, hasta nosotros mismos sino abrimos los ojos a tiempo. Porque si querido amigo aún podemos a hacer algo, la acción es más poderosa que las palabras. Luchemos por nuestro planeta que está en peligro por el efecto invernadero, luchemos por nuestra vida.
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