Leo en El País que la alcaldesa de Zaidín, un pueblo de Huesca de 1.800 habitantes, apoya y defiende la decisión de la comisión de fiestas por la que los inmigrantes no están invitados a la comida que ofrece el Ayuntamiento a los vecinos como cierre de las fiestas patronales.

Esta señora se llama María Teresa Font Estruga, y a saber lo «autóctona» que es ella, con dos hermosos apellidos catalanes, que demuestran claramente que se trata de una invasora de tierras aragonesas.

Cada frase reproducida en al artículo es una muestra de su raza, su personalidad y su ser. Sin conocerla me imagino su cara (de bruja, nariz gorda y verrugosa) y su forma de actuar y hablar (rancia, antipática, autoritaria, y sobre todo RACISTA).

Eso sí, seguro que en su casa tiene trabajando a inmigrantes, los mismos que recogen la fruta de sus tierras, a cambio de un mísero salario que les da para malvivir. Trabajos, dicho sea de paso, que ningún «autóctono» de pro está dispuesto a hacer…