Mucho revuelo hay estos días sobre los últimos acontecimientos en España, y pareciese que Madrid se ha convertido en el ojo del huracán para gran parte de la política mundial. Supongo que como yo, muchos españoles han aumentado sus lecturas de periódicos digitales, blogs, diarios de opinión… y uno pasa por todo tipo de emociones: tristeza, miedo, emoción, odio, sorpresa, esperanza…

Pero de todo ello, lo que más me enfada y me repatea (aparte de los cobardes y miserables atentados del día 11, evidentemente) es la postura de EEUU, el señor Bush, y todos los que tienen la mente podrida por el dinero. Porque no es otra cosa que no sea dinero lo que siempre han buscado. Con cada discurso, con cada invasión, con cada guerra sin motivos.

Leo en «Guerra eterna en Oriente Medio» (que por cierto, os recomiendo fervientemente) que «se están recibiendo en España e-mails procedentes del extranjero en el que se acusa a los españoles de haberse rendido ante Al Qaeda». Todo ello, claro, por el anuncio del nuevo y flamante ganador de las recientes elecciones, Zapatero, de que retirará a los 1.300 soldados españoles de Irak.

Bueno, los del «extranjero» siguen demostrando una y otra vez que no tienen ni idea de lo que se cuece en España, ni siquiera de dónde está en el mapa. A ver si se van enterando que ni todos aqui vestimos de toreros, ni bailamos flamenco en cada esquina.

La promesa de Zapatero de retirar a los soldados españoles de Irak está en el programa electoral del PSOE, anterior a los atentados, y es directa consecuencia de la NEGATIVA POPULAR del pueblo español (más del 80%, según las encuestas) a entrar y colaborar en una guerra sin motivos, injusta, y que pone a EEUU a la altura de los nazis, y al señor Bush a la altura de Hitler.

Asi pues, señores «del extranjero», ni somos cobardes, ni estúpidos, desde luego, sino únicamente consecuentes y cumplidores. El acompañar de la mano a asesinos yanquis ávidos de petróleo solo es consecuencia de la unilateral decisión de un señor con bigote, y lo que ahora se intenta hacer es reparar este grave error. «Rectificar es de sabios» 🙂